Post by usagigoya on Feb 12, 2021 15:03:34 GMT -5
Usagi Yojimbo: Misterios
FEATURED RESEÑAS #28 enero 2021 (Iratxe)
Cuando me dijeron de hacer una reseña del último tomo de Usagi Yojimbo, “Misterios”, primero me entusiasmé, por que adoro a Usagi y me apetecía un montón hablar de ello, como todo fan cuando le dan la oportunidad de explayarse sobre algo que le apasiona. Pero luego me quedé pensando que realmente no iba a saber que contar ni mucho menos por dónde empezar, o peor aún, que si empezaba no iba a poder parar.
Y es que es increíblemente difícil abordar un comic que lleva ya tantos años publicándose, ha recibido tantos premios, y es tan querido por el público que me es casi imposible imaginar que después de este tiempo alguien que esté en éste mundillo no conozca de sobra al samurái de orejas largas, por lo que siento que poco podría yo añadir. Pero por otro lado si alguien llega hasta aquí buscando información sobre él, quizá no explicar quién es o de donde viene y centrarme en un tomo tan avanzado podría resultar confuso y no ayudar tampoco.
Cómo gestionar tantas emociones en tan pocas palabras.
Supongo que no empezando ni por una ni por otra y empezar contándoos como conocí YO a Usagi.
Hace muchos años yo era joven y pizpireta y acababa mudarme a la gran ciudad como Paco Martinez Soria. Descubrir que existía algo como las tiendas especializadas fue como tener una epifanía.
Extasis de Santa teresaEsta soy yo entrando por primera vez a Metrópolis Comics.
Todo un mundo de comics que no eran los que llegaban a los quioscos se abrió para mí. Por aquel entonces las redes sociales se reducían a tus amigos con los que hablabas en 1.0. y la información la conseguías casi exclusivamente en el boca a boca.
En cualquier tiempo pasado éramos más jóvenes y todo nos parecía mejor, pero no existían las webs de reseñas (el futuro era esto, amigos) así que dependías de lo que te recomendaba la gente que te conocía bien.
En este marco incomparable fue cuando un amigo me habló entusiasta de una serie de ultramar que llevaba unos 10 años editando Fantagraphics y que se rumoreaba que iban a empezar a publicar por fin en España, una serie que no era manga pero estaba basada en el Japón de la época Edo, y como sabía que unía muchas y muy variadas de mis pasiones (el Japón feudal, el comic antropomórfico, las historias de samuráis, el género negro en general, los cuentos y relatos de las distintas tradiciones orales…) tenía que leerla sí o sí. Estaba hecha a mi medida. El protagonista era un conejo antropomórfico de largas orejas que viajaba como ronin por la campiña japonesa durante el Siglo XVII, ofreciendo sus servicios, metiéndose en problemas, peleando y conociendo a toda una serie de personajes de lo más variopinto, haciendo amigos y enemigos, enamorándose y buscando su camino, y donde todos los personajes son diferentes animales antropomórficos.
Unas historias especialmente bien documentadas y con una estética muy particular, ya que era un comic para adultos protagonizado por animalicos. Esto que ahora no parece tan extraño era todo un reto en 1986, una época en la que comic infantil y comic adulto tenían normalmente estéticas muy diferenciadas.
Aquel tomo que me dejó en inglés para probar era “The Ronin”, había sido publicado en 1987 aunque yo lo estaba leyendo de prestado diez años más tarde. Una recopilación de historias sueltas que se habían ido editando de forma independiente en varias publicaciones diferentes, principalmente Albedo Anthropomorphics y Critters y habían acabado calando suficiente, especialmente a partir de su cruce con las Tortugas Ninja, como para necesitar su propia colección.
Fue una fiebre. Un amor a primera vista. Es como si Stan Sakai, (americano de ascendencia japonesa) hubiera cogido pequeños pedacitos de Hayao Miyazaki, de Sergio Aragones, de Kido Okamoto, de Eastman y Laird, de Kurosawa e incluso un gran pedazo del propio Mushashi y con todo ello hubiera hecho una mezcla con las pesadillas provocadas por los cuentos truculentos de su abuela y con la nostalgia pasada por el filtro irreal e ideal de algo que sabes tuyo pero nunca has tenido, como es la cultura japonesa para un emigrante americano de tercera generación. Y luego como un genio loco con todo ello hubiera hecho un monstruo de Frankenstein pero le hubiera salido sorprendentemente entrañable y adorable.
Normal que Sakai haya recibido desde entonces por su creación nada menos que siete premios Eisner, y ha estado nominado 21 veces más. Ha recibido también un premio de la Nacional Cartoonist Society, uno como embajador del Japanese American Museum, un Parent´s Choice, un Inkpot Award, un premio de la American Library Association, dos Harveys, cinco premios Ursa Major, tres Ringo Awards, un Plumilla de plata en México y aquí en España cinco premios Haxtur y otras 8 nominaciones.
Volviendo a la historia, poco después de leer de prestado aquel primer tomo, estamos hablando de 1998, que se dice pronto, Planeta de Agostini empezó a publicar en España las historias de Usagi en castellano con “Sombras de Muerte” y me lo compré sin dudarlo ni por un segundo.
Hoy, 23 años después, sigo fiel a cada cita con Stan Sakai y nuestro amigo el orejas.
Y entenderéis por qué después de (en mi caso literalmente) media vida comprando religiosamente cada uno de los tomos que se han publicado hasta ahora en castellano del personaje, a veces uno al año, a veces dos, con algunos años de sequía en medio, sobre todo los primeros cinco años, queda bastante claro que mi opinión sobre Yojimbo está sesgada por un amor incondicional.
Por supuesto que os voy a decir que un tomo de Usagi merece la pena. Cualquiera de ellos. Podéis creerme o no, pero no esperéis objetividad aquí.
Pero voy a intentar contaros cosas de este tomo en concreto: “Misterios”, que es el que me han pedido que reseñe, por que divago.
Este tomo, como siempre, recopila una serie de historias cortas entrelazadas con alguna un poco más extensa.
En este caso el tomo empieza con “La Hija de Hatamoto” una historia corta muy en la línea de Usagi, en la que vagando como siempre por la campiña se encuentra con un incidente que le obliga a actuar. Sería una de esas típicas historias cortas suyas, si no fuera porque durante ella se encuentra con uno de mis personajes recurrentes preferidos, el inspector Ishida, el extremadamente recto pero justo detective feudal. Este encuentro propicia que todas las siguientes historias estén entrelazadas, ya que aunque la historia se cierra, nos deja un fleco sin resolver para el futuro y nos permite seguir enlazando pequeños entuertos independientes en las siguientes historias, con Ishisda como nexo de unión; como en la siguiente “Muerte Por Fugu” o en “El cadáver en la biblioteca”, una historia en dos partes que para delicia del lector habitual tiene como extra que no solo cuenta con Ishida como personaje habitual, sino que lo cruza por primera vez con las maravillosas Kitsune y Kiyoko, la ladrona de guante blanco más adorable y su pequeña aprendiz de ratera, que obviamente están metiéndose en problemas y una vez más arrastrando a Usagi a ayudarlas en sus peripecias. La siguiente historia “La ratonera” es la historia larga del tomo, ya que consta de tres partes bastante amplias, aunque en realidad (y en esto tengo que decir que Sakai ha mejorado en los últimos años notablemente su narrativa a largo plazo) todas las historias se demuestra que estaban relacionadas desde el principio, ya que no sólo sigue Ishida con nosotros como nexo de unión, sino que vemos que el personaje en la sombra de la primera historia, reaparece misteriosamente en ésta como colofón, pero sin darse a conocer, de modo que podemos esperar que en el siguiente tomo sepamos más de este escurridizo personaje.
Y para terminar, como postre tenemos dos historias, esta vez sí, totalmente separadas tanto argumental como estilísticamente, que son “Chibi Usagi y el malvado Jei” y “Chibi Usagi y el Duende de la Llanura de Adachi”.
Las historias de Chibi Usagi son una cosa muy particular, ya que no son esencialmente historias sobre la infancia de Usagi, sino otra cosa. Unas historias un tanto paralelas, en las que Usagi es un conejito chiquitín y adorable que aún vive con su maestro, y donde sus aliados y enemigos actuales también aparecen y también como animalicos chiquitines y adorables. Si, hasta Jei.
Es una cosa muy habitual en el comic japonés y que actualmente está funcionando muy bien también en el comic americano, por ejemplo con el bombazo que supusieron las portadas alternativas de Skottie Young que luego acabaron desembocando en los Little Avengers y los Little X-Men, pero también se me ocurren ejemplos muchísimo anteriores aunque menos conocidos, como los encantadores Little Endless de Jill Thompson.
Quizá sí que me gustaría comentar que si has llegado hasta aquí y no sigues la serie de Usagi, lo cierto es que quizás este no sea el tomo más adecuado para empezar. No solo porque es el tomo 32 de una serie en curso, algo que en general no es lo más recomendable para comenzar una serie, sino que para mi gusto, aunque me encanta, las historias son todas de un tono más noir que de Samuráis clásicos, que son la esencia base de este personaje, y, por añadidura, porque se apoya en personajes secundarios con larga historia compartida detrás, que no es imprescindible, pero siempre es más agradable conocer.
Donde empezar entonces con la lectura de sus andanzas? Lo cierto es que es una cosa de la que se suele hablar mucho entre fans de Usagi, ya que es relevante el que ése primer tomo que se publicó en España “Sombras de Muerte” no es propiamente el principio de la historia, sino que recopila algunas de sus mejores historias de los primeros tiempos, incluyendo el crossover con las Tortugas Ninja por obvios motivos comerciales. Hay quien defiende por ello que el orden correcto de lectura de los tomos en castellano es: 6-7-8-9-10-11-12-1-2-3-4-5-13-14-15 y siguientes ya en orden.
Desde mi punto de vista la elección de editar las historias no cronológicamente está muy bien pensada para entrar en el personaje en un punto álgido con historias variadas, independientes y perfectamente legibles sin background, por lo que mi opinión es que seguir el orden de publicación es perfectamente correcto y lo que yo recomendaría a alquien que acabe de llegar.
Espero haberos aclarado algo. Si leéis habitualmente las historias del conejo samurái, ésta es una más de ellas. Ni más ni menos. Hay quien dice que siempre da lo mismo en todas sus historias, pero para mí eso es una absoluta virtud. Porque sinceramente, ¿de cuantos artistas podemos decir que han dado durante 30 años un producto constante, de extrema calidad, que te sumerge en un mundo propio y asombroso, que nunca se acaba pero que siempre mantiene coherentes las reglas y el tono y que sin dejar de ser fácil y divertido, está extremadamente bien documentado y cada detalle está elegido con precisión académica y te permite un vistazo a una época histórica extraordinaria pero bastante compleja?
Cuando algo es tan terriblemente bueno, a nadie le molesta que le den un poco más. Esa es mi opinión.
Yo desde luego espero con ilusión el siguiente número, y en este caso por varios motivos: En primer lugar porque la historia que dejamos aquí en pausa, es una historia a largo plazo y tengo ganas de ver donde nos lleva. Y por otro, porque el próximo será el último número que Sakai haga con la editorial con la que lleva desde 1986. El contrato con Dark Horse ha terminado, y el tomo que viene será el último con ellos.
Asi que quienes querían ver cambios están de suerte, porque a partir del siguiente el material estará ya editado en origen por IDW y como novedad todos los números son (de momento) en color. En este caso el color es de Tom Luth y es lo único que no hace el propio Sakai, que sigue aportando guion, dibujo, tinta y rotulación como hasta ahora.
Sea lo que sea lo que el nuevo Usagi nos depare, desde luego me tendrá como siempre incondicional, fiel a la cita que nos proponga.
Iratxe
Procrastinadora profesional nivel olímpico. Hablo mucho de croquetas. Leo cómics. Tengo fax. Una vez me casé con una inteligencia artificial que solo procesa en unos y ceros. Mi memoria de pez me impide ser una friki plenamente funcional. Casi siempre en modo salvapantallas. Me dejan escribir aquí porque no saben como decirme que quién soy y como me he colado aquí. Son buena gente
www.eslahoradelastortas.com/usagi-yojimbo-misterios/
FEATURED RESEÑAS #28 enero 2021 (Iratxe)
Cuando me dijeron de hacer una reseña del último tomo de Usagi Yojimbo, “Misterios”, primero me entusiasmé, por que adoro a Usagi y me apetecía un montón hablar de ello, como todo fan cuando le dan la oportunidad de explayarse sobre algo que le apasiona. Pero luego me quedé pensando que realmente no iba a saber que contar ni mucho menos por dónde empezar, o peor aún, que si empezaba no iba a poder parar.
Y es que es increíblemente difícil abordar un comic que lleva ya tantos años publicándose, ha recibido tantos premios, y es tan querido por el público que me es casi imposible imaginar que después de este tiempo alguien que esté en éste mundillo no conozca de sobra al samurái de orejas largas, por lo que siento que poco podría yo añadir. Pero por otro lado si alguien llega hasta aquí buscando información sobre él, quizá no explicar quién es o de donde viene y centrarme en un tomo tan avanzado podría resultar confuso y no ayudar tampoco.
Cómo gestionar tantas emociones en tan pocas palabras.
Supongo que no empezando ni por una ni por otra y empezar contándoos como conocí YO a Usagi.
Hace muchos años yo era joven y pizpireta y acababa mudarme a la gran ciudad como Paco Martinez Soria. Descubrir que existía algo como las tiendas especializadas fue como tener una epifanía.
Extasis de Santa teresaEsta soy yo entrando por primera vez a Metrópolis Comics.
Todo un mundo de comics que no eran los que llegaban a los quioscos se abrió para mí. Por aquel entonces las redes sociales se reducían a tus amigos con los que hablabas en 1.0. y la información la conseguías casi exclusivamente en el boca a boca.
En cualquier tiempo pasado éramos más jóvenes y todo nos parecía mejor, pero no existían las webs de reseñas (el futuro era esto, amigos) así que dependías de lo que te recomendaba la gente que te conocía bien.
En este marco incomparable fue cuando un amigo me habló entusiasta de una serie de ultramar que llevaba unos 10 años editando Fantagraphics y que se rumoreaba que iban a empezar a publicar por fin en España, una serie que no era manga pero estaba basada en el Japón de la época Edo, y como sabía que unía muchas y muy variadas de mis pasiones (el Japón feudal, el comic antropomórfico, las historias de samuráis, el género negro en general, los cuentos y relatos de las distintas tradiciones orales…) tenía que leerla sí o sí. Estaba hecha a mi medida. El protagonista era un conejo antropomórfico de largas orejas que viajaba como ronin por la campiña japonesa durante el Siglo XVII, ofreciendo sus servicios, metiéndose en problemas, peleando y conociendo a toda una serie de personajes de lo más variopinto, haciendo amigos y enemigos, enamorándose y buscando su camino, y donde todos los personajes son diferentes animales antropomórficos.
Unas historias especialmente bien documentadas y con una estética muy particular, ya que era un comic para adultos protagonizado por animalicos. Esto que ahora no parece tan extraño era todo un reto en 1986, una época en la que comic infantil y comic adulto tenían normalmente estéticas muy diferenciadas.
Aquel tomo que me dejó en inglés para probar era “The Ronin”, había sido publicado en 1987 aunque yo lo estaba leyendo de prestado diez años más tarde. Una recopilación de historias sueltas que se habían ido editando de forma independiente en varias publicaciones diferentes, principalmente Albedo Anthropomorphics y Critters y habían acabado calando suficiente, especialmente a partir de su cruce con las Tortugas Ninja, como para necesitar su propia colección.
Fue una fiebre. Un amor a primera vista. Es como si Stan Sakai, (americano de ascendencia japonesa) hubiera cogido pequeños pedacitos de Hayao Miyazaki, de Sergio Aragones, de Kido Okamoto, de Eastman y Laird, de Kurosawa e incluso un gran pedazo del propio Mushashi y con todo ello hubiera hecho una mezcla con las pesadillas provocadas por los cuentos truculentos de su abuela y con la nostalgia pasada por el filtro irreal e ideal de algo que sabes tuyo pero nunca has tenido, como es la cultura japonesa para un emigrante americano de tercera generación. Y luego como un genio loco con todo ello hubiera hecho un monstruo de Frankenstein pero le hubiera salido sorprendentemente entrañable y adorable.
Normal que Sakai haya recibido desde entonces por su creación nada menos que siete premios Eisner, y ha estado nominado 21 veces más. Ha recibido también un premio de la Nacional Cartoonist Society, uno como embajador del Japanese American Museum, un Parent´s Choice, un Inkpot Award, un premio de la American Library Association, dos Harveys, cinco premios Ursa Major, tres Ringo Awards, un Plumilla de plata en México y aquí en España cinco premios Haxtur y otras 8 nominaciones.
Volviendo a la historia, poco después de leer de prestado aquel primer tomo, estamos hablando de 1998, que se dice pronto, Planeta de Agostini empezó a publicar en España las historias de Usagi en castellano con “Sombras de Muerte” y me lo compré sin dudarlo ni por un segundo.
Hoy, 23 años después, sigo fiel a cada cita con Stan Sakai y nuestro amigo el orejas.
Y entenderéis por qué después de (en mi caso literalmente) media vida comprando religiosamente cada uno de los tomos que se han publicado hasta ahora en castellano del personaje, a veces uno al año, a veces dos, con algunos años de sequía en medio, sobre todo los primeros cinco años, queda bastante claro que mi opinión sobre Yojimbo está sesgada por un amor incondicional.
Por supuesto que os voy a decir que un tomo de Usagi merece la pena. Cualquiera de ellos. Podéis creerme o no, pero no esperéis objetividad aquí.
Pero voy a intentar contaros cosas de este tomo en concreto: “Misterios”, que es el que me han pedido que reseñe, por que divago.
Este tomo, como siempre, recopila una serie de historias cortas entrelazadas con alguna un poco más extensa.
En este caso el tomo empieza con “La Hija de Hatamoto” una historia corta muy en la línea de Usagi, en la que vagando como siempre por la campiña se encuentra con un incidente que le obliga a actuar. Sería una de esas típicas historias cortas suyas, si no fuera porque durante ella se encuentra con uno de mis personajes recurrentes preferidos, el inspector Ishida, el extremadamente recto pero justo detective feudal. Este encuentro propicia que todas las siguientes historias estén entrelazadas, ya que aunque la historia se cierra, nos deja un fleco sin resolver para el futuro y nos permite seguir enlazando pequeños entuertos independientes en las siguientes historias, con Ishisda como nexo de unión; como en la siguiente “Muerte Por Fugu” o en “El cadáver en la biblioteca”, una historia en dos partes que para delicia del lector habitual tiene como extra que no solo cuenta con Ishida como personaje habitual, sino que lo cruza por primera vez con las maravillosas Kitsune y Kiyoko, la ladrona de guante blanco más adorable y su pequeña aprendiz de ratera, que obviamente están metiéndose en problemas y una vez más arrastrando a Usagi a ayudarlas en sus peripecias. La siguiente historia “La ratonera” es la historia larga del tomo, ya que consta de tres partes bastante amplias, aunque en realidad (y en esto tengo que decir que Sakai ha mejorado en los últimos años notablemente su narrativa a largo plazo) todas las historias se demuestra que estaban relacionadas desde el principio, ya que no sólo sigue Ishida con nosotros como nexo de unión, sino que vemos que el personaje en la sombra de la primera historia, reaparece misteriosamente en ésta como colofón, pero sin darse a conocer, de modo que podemos esperar que en el siguiente tomo sepamos más de este escurridizo personaje.
Y para terminar, como postre tenemos dos historias, esta vez sí, totalmente separadas tanto argumental como estilísticamente, que son “Chibi Usagi y el malvado Jei” y “Chibi Usagi y el Duende de la Llanura de Adachi”.
Las historias de Chibi Usagi son una cosa muy particular, ya que no son esencialmente historias sobre la infancia de Usagi, sino otra cosa. Unas historias un tanto paralelas, en las que Usagi es un conejito chiquitín y adorable que aún vive con su maestro, y donde sus aliados y enemigos actuales también aparecen y también como animalicos chiquitines y adorables. Si, hasta Jei.
Es una cosa muy habitual en el comic japonés y que actualmente está funcionando muy bien también en el comic americano, por ejemplo con el bombazo que supusieron las portadas alternativas de Skottie Young que luego acabaron desembocando en los Little Avengers y los Little X-Men, pero también se me ocurren ejemplos muchísimo anteriores aunque menos conocidos, como los encantadores Little Endless de Jill Thompson.
Quizá sí que me gustaría comentar que si has llegado hasta aquí y no sigues la serie de Usagi, lo cierto es que quizás este no sea el tomo más adecuado para empezar. No solo porque es el tomo 32 de una serie en curso, algo que en general no es lo más recomendable para comenzar una serie, sino que para mi gusto, aunque me encanta, las historias son todas de un tono más noir que de Samuráis clásicos, que son la esencia base de este personaje, y, por añadidura, porque se apoya en personajes secundarios con larga historia compartida detrás, que no es imprescindible, pero siempre es más agradable conocer.
Donde empezar entonces con la lectura de sus andanzas? Lo cierto es que es una cosa de la que se suele hablar mucho entre fans de Usagi, ya que es relevante el que ése primer tomo que se publicó en España “Sombras de Muerte” no es propiamente el principio de la historia, sino que recopila algunas de sus mejores historias de los primeros tiempos, incluyendo el crossover con las Tortugas Ninja por obvios motivos comerciales. Hay quien defiende por ello que el orden correcto de lectura de los tomos en castellano es: 6-7-8-9-10-11-12-1-2-3-4-5-13-14-15 y siguientes ya en orden.
Desde mi punto de vista la elección de editar las historias no cronológicamente está muy bien pensada para entrar en el personaje en un punto álgido con historias variadas, independientes y perfectamente legibles sin background, por lo que mi opinión es que seguir el orden de publicación es perfectamente correcto y lo que yo recomendaría a alquien que acabe de llegar.
Espero haberos aclarado algo. Si leéis habitualmente las historias del conejo samurái, ésta es una más de ellas. Ni más ni menos. Hay quien dice que siempre da lo mismo en todas sus historias, pero para mí eso es una absoluta virtud. Porque sinceramente, ¿de cuantos artistas podemos decir que han dado durante 30 años un producto constante, de extrema calidad, que te sumerge en un mundo propio y asombroso, que nunca se acaba pero que siempre mantiene coherentes las reglas y el tono y que sin dejar de ser fácil y divertido, está extremadamente bien documentado y cada detalle está elegido con precisión académica y te permite un vistazo a una época histórica extraordinaria pero bastante compleja?
Cuando algo es tan terriblemente bueno, a nadie le molesta que le den un poco más. Esa es mi opinión.
Yo desde luego espero con ilusión el siguiente número, y en este caso por varios motivos: En primer lugar porque la historia que dejamos aquí en pausa, es una historia a largo plazo y tengo ganas de ver donde nos lleva. Y por otro, porque el próximo será el último número que Sakai haga con la editorial con la que lleva desde 1986. El contrato con Dark Horse ha terminado, y el tomo que viene será el último con ellos.
Asi que quienes querían ver cambios están de suerte, porque a partir del siguiente el material estará ya editado en origen por IDW y como novedad todos los números son (de momento) en color. En este caso el color es de Tom Luth y es lo único que no hace el propio Sakai, que sigue aportando guion, dibujo, tinta y rotulación como hasta ahora.
Sea lo que sea lo que el nuevo Usagi nos depare, desde luego me tendrá como siempre incondicional, fiel a la cita que nos proponga.
Iratxe
Procrastinadora profesional nivel olímpico. Hablo mucho de croquetas. Leo cómics. Tengo fax. Una vez me casé con una inteligencia artificial que solo procesa en unos y ceros. Mi memoria de pez me impide ser una friki plenamente funcional. Casi siempre en modo salvapantallas. Me dejan escribir aquí porque no saben como decirme que quién soy y como me he colado aquí. Son buena gente
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